miércoles, 30 de diciembre de 2009

Arreglar la vereda





Lunes, 21 de diciembre, 2009 - La República

¿Reforma o revolución?

Por Julio A. Louis - Profesor







En 1899 un célebre folleto sacude a Europa: "¿Reforma o Revolución?". Su autora, una joven polaca, será la más brillante teórica del movimiento socialista internacional. Rosa Luxemburgo, nacida en 1871 y militante desde los 16 años, es perseguida por la Policía y debe abandonar su país en 1889. Su influencia crece. En 1898 se radica en Alemania, centro del movimiento obrero internacional, y al año escribe ese folleto.

¿Un debate del pasado? ¿O de actualidad? Por de pronto, vale refrescar que Rosa ha influido notablemente en la generación revolucionaria del Partido Socialista de los 50 y 60; por ejemplo en Raúl Sendic.

Desde la década del 40 del siglo XIX, en paralelo a la lucha y organización del proletariado, se elabora el pensamiento socialista. Sus teóricos comprenden que el desarrollo de las fuerzas productivas se acompaña de la pauperización de las grandes masas. El joven Federico Engels escribe "La situación de la clase obrera en Inglaterra" (1845) y profetiza: "Pero de ahí deriva también, el profundo odio contra los ricos de toda la clase trabajadora [...] un odio que dentro de poco tiempo ­se puede casi calcularlo­ ha de estallar en una revolución, frente a la cual, la Revolución Francesa y el año 1794 serán juegos de niños."

Hacia el fin del siglo el estallido no ha ocurrido y la perspectiva se diluye. Un discípulo suyo, Eduardo Berstein, revisa el pensamiento de Marx y Engels en "Socialismo teórico y socialdemocracia práctica" (1899). En el autor influye el desarrollo del capitalismo inglés y las mejoras experimentadas por el proletariado, mejoras que para la izquierda revolucionaria son resultado de la despiadada explotación de los pueblos coloniales y dependientes. Pero Berstein creía que la mejoría sería continua, pacífica y volvería innecesaria la revolución. Afirma que "el movimiento es todo, el fin es nada". El "movimiento" es la marcha gradual diaria y el "fin", el socialismo como perspectiva. En cambio, Rosa en el primer párrafo de su obra responde: "Entre las reformas sociales y la revolución existe para la socialdemocracia un lazo indisoluble: la lucha por las reformas es su medio; la revolución social, su fin."

La polémica se explica analizando al imperialismo. El capitalismo en expansión, penetra y deforma a las colonias y semi colonias y distiende la lucha entre la burguesía y el proletariado metropolitanos, ya que en la medida que la producción se vuelca en esos lejanos mercados, las fábricas funcionan, los obreros mantienen su trabajo, y aún ganan salarios más altos. Para la burguesía metropolitana ­como dijera el colonialista Cecil Rodhes­ el imperialismo es "una cuestión de estómago" que evitaría la guerra civil. Para las clases y naciones explotadas, el 'subdesarrollo' es distorsión económica impuesta por las naciones imperialistas en su provecho.

Ha pasado más de un siglo. El capitalismo ha seguido acumulando la riqueza disponible y agudizando la miseria de las mayorías, y las luchas de clases, combinadas con las de las naciones explotadas y oprimidas contra las explotadoras y opresoras, han sido intensas. Por eso las revoluciones han estado en el orden del día del siglo XX, unas con aspiraciones socialistas, otras simplemente de desarrollo nacional. Entre las primeras la rusa, la china, la vietnamita, la cubana; entre las numerosas segundas, en América Latina las protagonizadas por el MNR boliviano, el APRA peruano, el PRI mexicano. En el Cono Sur sudamericano resalta ­con el objetivo de conseguir un "capitalismo nacional"­ el bloque denominado ABC (Argentina, Brasil, Chile) bajo los gobiernos de Perón, Vargas e Ibáñez.

Pero las revoluciones han sido acompañadas de contrarrevoluciones. Estados Unidos ­guardia de seguridad del sistema­ crea la Doctrina de la Seguridad Nacional. En su nombre, los pueblos han sufrido feroces tiranías. Pero si ellas han sido denunciadas por sus crímenes, no lo han sido suficientemente por el retraso intelectual provocado. Sólo ese retraso puede explicar que dirigentes hoy auto rotulados de izquierda, puedan creer que un pequeño país dependiente (Uruguay) explotado por el imperialismo, se desarrolle por la vía capitalista, confiando en las inversiones extranjeras. La "teoría" hace unos años era de Carlos Menem. Hoy, desde cierta 'izquierda' se replantea que hay vía libre para las reformas, suponiendo que el imperialismo no existe o que se ha vuelto respetuoso. Por eso, se debe cuestionar el conformismo de "arreglar las veredas" o el cuento propio de "Alicia en el país de las maravillas", de que es posible avanzar indefinidamente respetando las reglas impuestas por el sistema capitalista.

El pensamiento de Rosa sigue en pie. Pero debe actualizarse el concepto de revolución.

¿Puede haber desarrollo sin vencer al imperialismo?

¿Cómo continúa? Poner las íes sobre Mujica: sus virtudes de popularización del FA (desarrollar este contenido) + cualquier otro con tal de derrotar a quien ha demostrado debilidad con la derecha y garantías al sistema capitalista (Astori), porque el FA nació para luchar contra el imperialismo, la oligarquía y el gran capital.

El FA muere si se convierte en el nuevo partido capitalista, si pretende un nuevo ABC como en los 50. Por eso, debo desarrollar "a propósito de Artigas: de la lucha anticolonialista a la lucha antiimperialista. Ese mismo esquema + lo de Lenin y la Revolución Rusa: dificultades con el sistema capitalista agrediendo, contra la burocracia, contra la ignorancia. Imprescindible: un instrumento político (compacto, duro, etc.). Saber que el FA se volverá Frente en 2 grandes partes (como 14 y 15, etc. o mencheviques y bolcheviques). Saber convivir es ideal, y es cuestión de hegemonía, de correlación. Frente al FLS, un Frente por Integración y Socialismo. Proponer junto a la masa, no alejada de ella. Buscando acuerdos con la izquierda extra frentista, sacándola de su auto ostracismo. Democracia de nuevo tipo y nuevo Estado. ¡Constituyente ya!


Miércoles, 16 de diciembre, 2009 - La República

Coloquiando con el Presidente

Por Julio A. Louis - Analista

Y el Pepe será presidente. Se inicia una nueva etapa. Para quien escribe vale recién ahora recordar que han pasado meses desde que en "Pepe Coloquios" el entrevistado se refiere a él. No era oportuno ni táctico comentar sus apreciaciones durante la campaña electoral. A veces el silencio es prudencia, no aquiescencia. Con el Pepe hemos vivido sueños, realizaciones, humillaciones y no dudo del cariño expresado hacia mí, cariño que es recíproco. El se expresa con su peculiar estilo, quien escribe con el suyo. No los cambiaremos, así son. El, hoy más que nunca, deberá recelar de los alcahuetes y saber quien no se presta a serlo. Partimos de historias, mentalidades y formaciones diferentes. Pero sabemos que queremos un país, una región y un mundo más justos, cultos, igualitarios, libres: ¿también socialistas? En los coloquios explica bien que hay crisis en el campo del pensamiento. A continuación expone: "El campo del pensamiento no es andar leyendo libros viejos. Ya los leímos. ¡No jodas! Es la panoplia de nuevas hipótesis de trabajo, de nuevas fundaciones. Hay que tener la audacia que tuvieron los viejos. No repetirlos, repetirlos y repetirlos".

Valen precisiones. Si el pensamiento se limitara a leer y repetir libros viejos, coincidencia total. Pero, ¿cuáles son los "libros viejos", ¿qué significa "ya los leímos?", ¿quiénes los leyeron?, ¿qué leyeron?, ¿qué entendieron? Quien escribe estas líneas es docente desde hace más de cuarenta y cinco años y sabe algo de lo que se ha leído y de lo que lee la juventud. ¿Los "libros viejos" son los del marxismo? ¿No es que el Pepe está cada día más cerca de Marx? No es antojadizo, ni simple enganche para el mercado que quien escribe haya titulado un libro del 2008 "Marxismo ese ocultado". Se argumentará que es una exageración; sin embargo, especialistas en diversas ciencias sociales, han coincidido con el título. El marxismo es una concepción prácticamente ignorada en la enseñanza secundaria y superior. Así que es una generalización equivocada pluralizar "ya los leímos". Los viejitos tal vez sí. Y pocos más. La falta de solidez intelectual es una constante preocupación de quienes participamos de la enseñanza o de la política. Además no se puede avanzar sin leer "libros viejos". Einstein es inimaginable sin Newton, Marx sin Hegel, sin introducirnos en la antropología ­ciencia que atrapa al Pepe­ donde el desarrollo del Homo Sapiens es inseparable de anteriores Homos.

Ni qué decir que hay que tener audacia y no limitarse a repetir. Este columnista ­que como todo ser humano ha cometido y comete errores­ generalmente los ha cometido y comete por transgredir y no por repetir, al punto tal que en los tiempos en que muchos recitaban manuales de catequesis política, social o económica, fue acusado más de una vez de profanador de verdades, y algunos viejitos, entre ellos el Pepe, bien lo saben.

El Pepe considera que "se necesita teoría para guiar el pensamiento" pero no se trabaja en ella. "Esta conversación que tengo contigo es medio "demodé", porque ¿en qué termina la cuestión teórica? En los trabajos de Julio Louis; me agarra el catecismo de Marx y se pone a recitarlo... ¡ flaco!, no me rompas, te quiero en pila, sos un loco bárbaro, pero ¡no me jodás! Siempre con la misma mursimónica, parecés el viejito del último organito, tocás siempre la misma melodía".

No debe haber un catecismo de Marx, cuando el mismo Marx afirmaba que no era marxista, aludiendo al continuo devenir del conocimiento. En la introducción del libro anteriormente citado se advierte: "Me propongo re-presentar al marxismo; que no es bíblico, talmúdico, coránico, de cuyos párrafos se hace fe. Al materialismo dialéctico fresco, rico, creador, antidogmático".

Autores diversos figuran en sus cien páginas para abonar, corregir o modificar el catecismo: Jorge Luis Acanda, Louis Althusser, Samir Amin, Sergio Bagú, Rudolf Bahro, John Bernal, Bidet y Dumenil, Luis Bilbao, Mario Bunge, Sarandí Cabrera, Fidel Castro, Juan Carlos Dean, Benjamin Disraeli, Olga Fernández Ríos, Foladori-Melazzi, Ernesto Guevara, Marta Harnecker, Thomas Hobbes, Monty Johnstone, Annie Kriegel, Henry Lefebvre, Lenin, Ernest Mandel, Lewis Munford, James Petras, Jorge Plejanov, Nikos Poulantzas, Ilya Prigogine, Carlos Rama, Ignacio Ramonet, Theodor Shanin, Vivian Trías, Truong Chinh, Luis Vitale

Jorge Abelardo Ramos ­a quien ambos apreciamos­ dice de un argentino del siglo pasado, Manuel Ugarte, que era considerado un "leproso" porque planteaba "tonterías" como actualizar a Bolívar, la Confederación de Estados Americanos o el socialismo, mientras la intelectualidad copiaba a Inglaterra y Francia. Los párrafos del Pepe me hacen sentir leproso y muy porfiado. ¿No será Pepe que la melodía gastada es la tuya, ésa de re-inventar al capitalismo? Muchos otros han tratado de reinventarlo con los resultados a la vista. Por el contrario, se trata de construir hegemonía ideológica, crear poder popular y hacer la Revolución, temas inabordables en pocas líneas. Las veredas deben arreglarse pero también hacerse la revolución; y viceversa, para hacer ésta hay que arreglar las veredas.


De cambiar el mundo a arreglar la vereda (ver mas)



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