jueves, 16 de junio de 2011

El espíritu de cuerpo


Los 8 generales uruguayos que visitaron a otro militar que está en prisión condenado por homicidio







La visita a un "camarada" procesado terminó de quebrar la relación entre el comandante en jefe y casi todos los generales del Ejército.
Rosales acusó a los oficiales de adoptar una acción "impropia de sus jerarquías", dado que formaron parte de una "actitud coordinada" sin haberle avisado a su superior como corresponde
escribe Iván Kirichenko

Colgó el teléfono y se descargó: "¡Otra vez!".
Otra vez, en menos de 24 horas, lo llamaba el comandante en jefe al igual que a otros siete generales del Ejército a su despacho, para reunirse con cada uno de ellos mano a mano. Pero esta vez, el martes de mañana, los humores habían cambiado. El tono cordial e inocuo del lunes se había convertido en reproches, cuestionamientos, y un "fírmame acá" encima de una resolución en la cual a cada uno de los ocho se los sancionaba por, "en su condición de oficial superior general, participar de una actividad que fuera coordinada previamente por alguno de sus pares, sin conocimiento del suscrito, generando dudas respecto a la finalidad de la misma, poniendo de manifiesto en la oportunidad una actitud impropia de su jerarquía".

Aunque se trata de un "arresto simple" de tres días ?la palabra arresto no implica nada concreto ya que no son detenidos y siguen trabajando; se trata de una sanción moral con su correspondiente mancha en el legajo militar?, el hecho sacudió la interna del Ejército y complicó, otra vez, la posición del comandante en jefe, Jorge Rosales, quien transita entre golpes sus últimos tres meses antes de que pase a retiro obligatorio. En rigor, el hecho que originó la sanción disciplinaria tiene como partícipes a casi todos los generales del Ejército, no sólo a los ocho que el viernes 10, entre las 9 y las 11 horas aproximadamente, llegaron hasta la Guardia de Coraceros para visitar al coronel retirado Tranquilino Machado, en la actualidad procesado por la muerte de un militante de izquierda durante la dictadura.

Además de esos ocho generales, otros dos hicieron llegar sus saludos y mensajes de apoyo explicaron que no habían podido ir porque estaban en el interior y los tres que cumplen misiones en el exterior hicieron lo mismo. Otro general, Miguel Dalmao, está procesado también por delitos cometidos en dictadura, por lo cual sólo un general quedó al margen de la controvertida visita y en actitud de apoyo a Rosales. El destino. Estaba muy frío el viernes sobre las nueve de la mañana, cuando los primeros generales llegaron a Coraceros, a pocas cuadras de las ruinas del Cilindro Municipal. Pasaron la barrera policial, ingresaron en la guardia unos pasos más adelante, presentaron sus cédulas de identidad, y quedaron a la espera de que Machado los pudiera atender, lo que sucedió minutos después en una sala de esa unidad policial. Durante las dos horas siguientes llegaron los demás, algunos solos y otros de a dos, algunos vestidos de civil y otros con uniforme. En un momento de la visita sonó el celular del general Daniel Castellá, jefe de la División de Ejército I: era el comandante en jefe, Rosales, quien lo llamaba por cuestiones internas de la institución. La escena llamó la atención de los presentes, ya que Rosales no había sido informado sobre la visita. Ante los generales, Machado se emocionó. Dijo que muestras de apoyo como las suyas lo mantienen con voluntad de "seguir adelante", y recordó cómo "el destino" jugó en su caso. Machado está procesado por la muerte del estudiante de veterinaria Ramón Peré el 6 de julio de 1973. Tres días antes el entonces alférez del Ejército había llegado desdé el interior al Batallón de Infantería I, su primera unidad en Montevideo.

Aún de licencia pero sin lugar donde vivir en la capital, Machado residía en el cuartel. Es por eso que le ordenaron partir hacia un operativo en Rivera y Bustamante, ante la posibilidad de disturbios. El oficial procesado sonrió cuando contó que no conocía las calles de Montevideo y que el ambiente era de extrema tensión y nervios. Sobre cómo se produjeron los hechos existen versiones contradictorias, y en primera instancia el juez penal Rubén Saravia le atribuyó a Machado el "homicidio especialmente agravado" de Peré. La defensa de Machado sostiene que la muerte es resultado de un enfrentamiento, mientras que el juez rechaza esa versión y afirma que fue un acto de "brutal ferocidad" cometido "por motivos fútiles, frivolos, irracionales, ilógicos, absurdos" (Búsqueda Nº 41.614).

El caso de Machado es especial para los militares porque parten de dos bases: la primera, es que el entonces alférez participó en un enfrentamiento, una operación militar regular; la segunda es que disparó por orden de su superior, en ese momento un capitán. Que la Justicia lo procese ahora por eso implica el quiebre de lo que en términos castrenses se conoce como "cadena de mando", o sea la obligación de acatar las órdenes superiores. El argumento habitual que exponen los militares es en grandes trazos: si con las balas picando cerca un jefe da la orden de disparar, ¿es posible que el soldado se niegue a hacerlo o discuta la forma de hacerlo? Esa lógica vertical es una base de la organización militar. Estas cuestiones fueron objeto de la conversación entre los generales y Machado.

Quienes lo fueron a ver ese viernes de mañana son Castellá, Pedro Aguerre (División de Ejército IV), Sergio D\Oliveira (Instituto Militar de Estudios Superiores), Neris Corbo (Sanidad Militar), Juan José Saavedra (Escuela Militar), Domingo Montaldo (Casa Militar), Nelson Pintos (Comando de Apoyo Logístico), y Luis Pérez (en actividad pero sin destino desde un reciente altercado con Rosales). Quienes hicieron llegar ?por intermedio de Castellá? sus mensajes de apoyo son Wile Purtscher y Juan Vinagran (divisiones de Ejército II y III). Además, en distintas conversaciones telefónicas con sus camaradas, los generales Milton Ituarte (embajada en Estados Unidos), Felicio De los Santos (misión de Naciones Unidas en Haití) y Raúl Gloodtdofsky (misión en la frontera India-Paquistán) también transmitieron su apoyo, aseguraron a Búsqueda fuentes militares. El viernes de tarde Castellá se reunió con Rosales en el Comando del Ejército y le informó la visita a Machado.

El comandante en jefe se molestó porque no se lo habían avisado antes, pero el general argumentó que no querían comprometerlo, que había sido una visita a un "camarada" y "para muchos de los generales? un "compañero de tanda" (promoción en la Escuela Militar), pero no una manifestación ni protesta organizada. Semanas atrás, Rosales dejó sin destino al general Pérez, entonces jefe de la División de Ejército I, como resultado de un largo proceso de fricciones entre ambos. Según varias consultas que formuló Búsqueda, son mayoría los generales críticos del comandante en jefe, por motivos que van desde su supuesta falta de consulta a los oficiales más antiguos en la fuerza, hasta la presunta posición débil ante el encarcelamiento masivo de oficiales por cuestiones vinculadas a la dictadura (1973-1985). Sólo el jefe del Estado Mayor del Ejército, José María Burone, ha mantenido hasta el momento una posición de afinidad sin fisuras con Rosales, quien pasará a retiro obligatorio en octubre próximo.

Justa. Temprano en la tarde del viernes el gobierno ya estaba enterado de la visita a Machado; uno de los generales que fueron a Coraceros dijo a Búsqueda que tenían la intención de que se divulgara para enviar, una "señal" sobre su respaldo a su camarada retirado. Esa misma tarde, poco después de que se reunió con Castellá, Rosales recibió un llamado del Ministerio de Defensa, cuyas autoridades le pidieron detalles sobre lo ocurrido. El sábado, las jerarquías ministeriales se reunieron con el presidente José Mujica y resolvieron todos estuvieron de acuerdo que Rosales debía sancionar a los generales, y que en caso de que no lo hiciera por iniciativa propia se lo iban a ordenar, explicaron a Búsqueda fuentes gubernamentales. Lo que surgió de esa reunión fue una comunicación con Rosales, en la cual se le preguntó de forma directa qué sanciones iba a disponer. Según un comunicado de la Presidencia divulgado ayer miércoles 15, "el lunes al mediodía" el gobierno "decide respaldar por considerar oportunas y ajustadas las medidas adoptadas por el comandante en jefe". Las medidas consisten en el "arresto simple", lo que el lunes de mañana fue aceptado por el Poder Ejecutivo. Es una sanción "media-baja" pero es "justa", consideró el subsecretario de Defensa, Jorge Menéndez, en declaraciones a Búsqueda. La medida, que está prevista en el Código Penal Militar, no implica la pérdida de libertad ambulatoria, sino que afecta el legajo de los oficiales y significa una sanción de carácter moral. El mismo lunes, entre la mañana y la noche, Rosales convocó y se reunió mano a mano con siete de los ocho generales que habían visitado a Machado ?con Castellá había conversado el viernes anterior?. Sin embargo, según los relatos de varias fuentes militares, el tono de las conversaciones fue "cordial" y Rosales sólo preguntó por cómo había sido la visita y cómo estaba Machado.

Al día siguiente, el martes, el comandante en jefe llamó de forma sorpresiva nuevamente a los generales para que concurrieran al Comando, pero el escenario era otro. A cada uno le informó sobre su "arresto simple" y criticó con dureza su actitud, que interpretó como un acto de desautorización. De todos modos, el planteamiento de "dudas" sobre los objetivos de los generales en la argumentación incluida en el documento que certifica el arresto molestó de manera particular a varios de los sancionados, que ayer miércoles 15 evaluaban pedir la integración de tribunales de honor militares para que evalúen su conducta. También ayer, en rueda de prensa, Menéndez, quien en la actualidad ejerce como ministro interino, remarcó que el presidente Mujica y el ministro Luis Rosadilla respaldan al comandante en jefe.
"Lo que yo hice fue hacer el ejercicio de mi autoridad"

El comandante en jefe del Ejército, Jorge Rosales, aseguró que no siente que su autoridad esté dañada por las sanciones a generales, y si bien afirmó que el arresto simple es una medida "pesada", opinó que no debería incidir en la designación de su sucesor. Rosales dejará su cargo en octubre. Lo que sigue es la transcripción de la entrevista que el jefe del Ejército mantuvo ayer miércoles 15 con Búsqueda. ¿La iniciativa de sancionar a los generales es suya personal o es una orden del mando superior de las Fuerzas Armadas? En un comunicado del Ministerio de Defensa queda claro, y obviamente desde este comunicado yo estoy limitado en cuanto a las declaraciones. El comunicado indica que las autoridades políticas pensaban que usted debía sancionarlos, pero no explícita si usted también pensaba eso o si se limitó a acatar una orden. ?

Obviamente partí de esa base. El mando superior me muestra un criterio y yo partí de esa base. No olvidemos que inicialmente yo no estaba completamente al tanto del tema. Pedí un tiempo para terminar de interiorizarme, tuve conversaciones personales con cada uno de los oficiales y luego tuve una idea clara del concepto, y en términos militares no tuve ninguna duda de que por diferentes motivos todo encuadraba en que allí había una falta disciplinaria. Usted ha planteado públicamente que no es la visita a Machado el motivo de la sanción a los generales. ¿Usted visitó o piensa visitara Machado? No lo he hecho aún, sí pienso visitarlo. Estaba al tanto de cómo está y demás, pero reitero que el motivo de la sanción no fue la visita, sí a una actividad que realizó un conjunto de oficiales generales, que fue previamente coordinada, que fue de orden grupal, y sin conocimiento del superior.
Es por eso que se toman medidas disciplinarias.

Eso fue detonante de un hecho, de lo que recoge la prensa, de lo que generó dudas sobre la
participación... Ese es el tema. En la resolución usted alude a una actitud impropia de la jerarquía, y también a algunas dudas sobre la verdadera finalidad. ¿Usted cree que podía haber otra finalidad que la visita al "camarada" o al ?para muchos? compañero de tanda? Dividiré esto en dos partes. A lo que usted alude obviamente es al documento que entregué a los generales, para lo cual tengo reservas reglamentarias establecidas, y fue usted quien lo dijo, no yo. Por lo tanto yo me voy a mantener en esas reservas que por reglamento debo mantener. No lo ha hecho público el Ministerio ni yo, y por lo tanto usted lo obtuvo por otras fuentes. Por lo tanto, yo sobre el contenido expreso del parte ese, preferiría no referirme... Al margen de ese parte, antes de que yo le hiciera la pregunta usted mismo me habló de "dudas".

Evidentemente el hecho generó dudas, y el primer ejemplo se lo dice. Si habrá generado dudas que al rato del hecho yo estaba recibiendo llamados del mando superior para dar explicaciones. Si me llaman es porque evidentemente están con dudas. A eso me refiero. ¿A usted personalmente le generó dudas el hecho? ¿Qué dudas le transmitió el gobierno sobre el hecho? En principio las dudas se me generaron porque no tenía conocimiento alguno del hecho. Las dudas eran todo desde que me enteré del hecho.

Llamémosle, por lo menos, inusual al tema. Y no obraba en mi conocimiento, y por lo tanto sime generaban dudas y traté de evacuarlas. Y hoy, si usted lo quiere saber, no tengo dudas sobre el procedimiento, o de que se esté alimentando una duda con respecto a algo más allá de lo que ocurrió: que fue una concurrencia de conjunto, con una coordinación previa, y donde ellos esgrimen diferentes argumentos, dentro de los cuales yo prefiero no entrar, pero ninguno de ellos deja al día de hoy en mí alguna duda con respecto a procedimientos que estén empleando. En eso quiero ser enfático. Usted dice que no hay dudas sobre un intento desestabilizador, por ejemplo. De ninguna manera. Lo rechazo en absoluto. Este episodio lleva a muchos a concluir que su autoridad, que su mando, quedó cuestionado. ¿Usted no lo ve así? No, realmente no lo siento y por el contrario: todo lo que yo hice fue hacer el ejercicio de mi autoridad, el ejercicio del mando. Nuestro reglamento es muy claro, que ante la detección de una falta el superior, en cualquier grado que sea, no sólo tiene la potestad de hacer ejercicio de las facultades disciplinarias que tiene, sino que tiene la obligación. Nuestros reglamentos establecen claramente que aquel que así no actuare va a ser considerado falta grave su omisión.

O sea que desde ese punto todo lo que yo hago entiendo que es reafirmar mi autoridad y actuar acorde a reglamento. ¿Pero interpreta usted que esto fue un intento por provocar su caída o por debilitar su autoridad? No, realmente no. Una vez que hablé con los generales, que tomé conocimiento de cómo fueron los hechos, disipé cualquier duda. No tengo ningún elemento que me lleve a pensar de esa manera. Pero usted cree que le debieron haber avisado... No tengo ninguna duda. No es que crea: debieron avisarme. Al actuar en conjunto de esa manera, sin ninguna duda... Porque allí hay oficiales más antiguos que otros, pero ninguno tiene relación de dependencia uno con otro. Me explico: los generales que tienen un ámbito de actuación de acuerdo a su cargo, dentro de su ámbito de actuación, ya sea territorial, tienen una autonomía funcional, pero ninguno tiene un funcionamiento común y todos ?salvo dos que no dependen directamente de mí? la única dependencia funcional directa que tienen es conmigo, por lo tanto en lo estricto todos y cada uno de ellos debió haberme avisado.

Tratándose de la jerarquía que se trata y de un hecho... novedoso, tengo la firme convicción de que debí haber sido avisado. ¿El Poder Ejecutivo se enteró por usted de la situación o cuando lo llamaron se habían enterado por alguna otra vía? Estaban enterados por otra vía que desconozco. Entre los generales actuales está su sucesor...Es de suponer. ¿Este tipo de sanciones puede afectar las posibilidades de alguno de los sancionados de ser el próximo comandante en jefe? Realmente no creo oportuno expresarme al respecto y no me corresponde. La decisión de un comandante es estrictamente política, completamente dependiente y casi exclusivamente del presidente de la República con los asesoramientos que él entienda, pero no puedo aventurar una cosa de esas. Lo que sí puedo decires que tanto el parte como la graduación de la sanción, la sanción en sí misma, que si bien-Vamos a entendernos, una sanción a un oficial general es una cosa pesada, poco usual, es una cosa realmente severa, no es una cosa cotidiana. Pero considerando esto, si voy a hacer un análisis estricto del parte y la graduación, me parece que no debería pasar por ahí la consideración de quien vaya a asumir la responsabilidad de conducirá! Ejército en el futuro. Por lo menos no creo que sea una limitante.

Tribunal ratificó el procesamiento de Fernández Maggio porque bajo su mando "se esfumó" dinero destinado a la Armada



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