domingo, 13 de mayo de 2012

(…) en el arte de no decir la verdad

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 este empresario es realmente todo un profesional (…)”.

Dourado presiona, encarcela y sigue provocando desde el “cuarto poder”

“(…) en  el arte de no decir la verdad, este empresario
es realmente todo un profesional (…)”.

En la vertiginosa realidad de la era post dictaduras latinoamericanas, se ha impuesto en todo el continente una poderosísima e “inexpugnable” fuerza “subliminal” que antes de los golpes de estado era llamada con cierto desdén liberal, “el cuarto poder”:
La prensa burguesa, verdadera y multimillonaria fábrica monopólica de la mentira y el engaño de los chupasangre organizados en el Estado capitalista, cuyo rol en el período de fascismo extremo, no sería precisamente el de sirvienta del “proceso”, sino de auténtica y repugnante “docente” en materia de estigmatización y persecución del movimiento popular uruguayo, “justificando” y facilitando la labor coercitivo-represiva de una dictadura votada con las cuatro patas por “animales políticos” del parlamento vernáculo de 1972, entre los cuales varios eran, precisamente, manufactura de baja estofa producida en los talleres de propaganda y promoción “democrático-burguesa” de los partidos políticos tradicionales de la derecha oligárquico-imperialista; o sea, en los “medios de la gran prensa” del sistema…
A saber: los diarios “El País”, “La mañana”, “El Diario”, “El Día”, “Acción”, “El Plata”; las radios “Montecarlo”, “Carve”, “El Espectador”, “Rural”, “Ariel”, “Sarandí”, etc., etc., colaterales de los cuatro canales de TV abierta (incluido el 5, el canal “oficial”) igualmente pro-fascistas, todos juntos y unidos con genuina conciencia de clase en la defensa del país regalado a las multinacionales y sometido obsecuentemente a los designios político-militares de los EE.UU. de Norteamérica y la miserable caterva chupasangre internacional desparramada impunemente por el mundo entero, culpable de cuanta atrocidad genocida se les ocurra en nombre del “antiterrorismo”.
Disfrazados con nombres distintos y anexos fantasmales y truchos para confundir y para eludir obligaciones legales y tributarias, la mayor parte de estos medios sobrevive cómoda y plácidamente al amparo –entre otros amparos- de la cultura de la impunidad y de subterfugios jurídicos dispuestos para que los autores intelectuales de la masacre popular 1968/1985 queden eximidos de cárcel y condenas por coautorías o complicidades en asquerosos delitos de lesa humanidad por los que, por ahora, únicamente están a la relativa sombra de las “suites especiales” de las FF.AA., unos pocos militares y policías y no más de un par de civiles torturadores y asesinos contumaces.
Hoy, la tarea de los medios no es aparentemente tan grosa como lo fue en aquellos tiempos nada lejanos, pero sí muy parecida –idéntica, en realidad- a la de los tiempos que precedieron a la institucionalización del fascismo el 27 de junio de 1973:
Adobada con inocentes y atractivas presentaciones digitalizadas; adornada con trivialidades nada casuales; “modernizada” con movidas pseudo culturales y hasta cínicos alardes de “progresismo”, la fábrica de la mentira y el engaño no solamente no se ha retraído, sino que en la actualidad y en esta realidad ultraneoliberalizada y solapadamente gorila, actúa con más eficacia y efectividad de la que podrían exhibir tropas de ocupación imperial auxiliadas por tropas locales de ocupación permanente protegiendo los intereses de la explotación y la opresión.
Hasta lo que parece ser inofensivo e inocuo como los “reality” musicalizados tipo “Soñando por cantar”, son parte del bombardeo mediático que responde a las demandas populares de un consumismo “cultural” creado planificada y prolijamente por los mismos ingenieros del mal llamado “cuarto poder republicano”.

En este panorama, destaca por estos días lo ocurrido con Oscar Dourado, dirigente patronal del taxímetro, que durante una semana –del martes 1° de Mayo al martes 8- no descansó exigiendo a través de la “gran prensa”, la detención y procesamiento de “alguien” a quien hacérsele responsable de los pinchazos de neumáticos de unidades puestas en circulación el “Día Internacional de los Trabajadores” y enviados expresamente al cruce de 18 de Julio y Ejido, en Montevideo, mientras se desarrollaba un importante acto clasista con motivo de la sentida conmemoración proletaria.
Con carneros que, desdichadamente, se prestaron a la evidente operación anti-Primero de Mayo, en pleno centro de la capital, Dourado y sus cómplices, después de aparecer este sujeto todos los días en la prensa oral, escrita y televisada, reclamando la captura de algún obrero del taxi, lograron finalmente ver concretados sus repugnantes objetivos, al ser procesado y puesto en prisión un joven trabajador (David Lamarthe) que permanece recluido en Cárcel Central de la Jefatura de Policía de Montevideo y al que Dourado, simultáneamente, descalificó públicamente atribuyéndole “cualidades morales” aberrantes a él y al SUATT, sindicato de los trabajadores del taxímetro en pié de lucha en la defensa del obrero encarcelado y en la reivindicación del Primero de Mayo no como “día de fiesta” –como dice rostrudamente Dourado luego de elogiar el otro acto “central” de ese día-, sino como jornada de homenaje a los mártires de Chicago y de lucha obrera, en el que toda la clase trabajadora detiene sus tareas laborales, amparada, además, por disposiciones legales que han declarado justificadamente este día como jornada no laborable y paga.
Insistiendo en su actitud de franca y patotera provocación, la misma noche del procesamiento de Lamarthe, Oscar Dourado salió en todos los informativos de la TV abierta “anunciando” que en la siguiente madrugada, el SUATT atacaría más unidades del taxi, y clamando para que intervinieran los “poderes públicos con mayor energía”… contra “estos inadaptados”.

Ya habrá oportunidades para desnudar más públicamente los “atributos morales” de Dourado, cuyo prontuario empresarial –construido “desde abajo”, cuando era poco menos que un peón del taxi- no tiene ni un ápice de dignidad o respeto por la “sagrada propiedad privada” de otros, por cierto, y no se limita a su actitud de desprecio y burla de los trabajadores. Ahora, lo importante es destacar tres aspectos centrales de la situación planteada:
1).- Cómo esta patronal y la prensa amarilla logran cristalizar sus propósitos en criminalización de la lucha y la protesta social, sin disimular en lo más mínimo la provocación permanente e impune, sin que intervenga ninguno de los “poderes públicos” al menos frenándola y neutralizando la posibilidad de una “espiral de violencia” buscada y alentada con evidente premeditación por personajes y organizaciones que no ocultan para nada sus intenciones fascistoides y anti populares;
2).- Cómo se procesa y encarcela a un trabajador sindicalizado invocando la “sagrada propiedad privada” supuestamente custodiada por miserables carneros, mientras se hace la vista gorda con magníficas y escandalosas manipulaciones delictivas que involucran a exponentes notorios de la clase dominante y las patronales privadas y públicas, a tal punto que en su defensa y protección hasta se llega a trasladar o destituir a magistrados dispuestos a actuar en función de aquello de que “todos somos iguales ante la ley”…
3).- Los hechos del Primero de Mayo denunciados, revelan tácticas político-ideológicas para nada aisladas y que no se limitan a la persecución especial de algún sindicato u organización en particular en un solo día al año, sino que forman parte de una auténtica estrategia reaccionaria y retrógrada comandada por “el cuarto poder” onda “Soñando por Cantar”, visualizada como anticipado escudo ante nada improbables tensiones sociales a las que necesariamente se llegará de resultas de políticas empresariales de súper explotación y súper antisindicalismo, desarrolladas al estímulo de políticas estatales dirigidas a que, una vez más, sean los trabajadores los que financien los desacomodos de una economía sin terapia posible en el capitalismo, y que en nuestro caso supone que hasta una devaluación brasilera, termine en aquelarre nacional, debido a la congénita y crónica dependencia económico-financiera-monetaria del país respecto a los países de mayor desarrollo productivo.

Lo que se puede agregar por ahora respecto al “guapito Dourado”, es el concepto que tiene de él un ex asesor letrado de su propia organización patronal, que lo escrachó en el “gremio” luego de que Dourado intentara sin suerte convertirse en el capanga y dictador vitalicio de su sector empresarial, manipulando asquerosamente, pero en vano, una asamblea de socios.
Dice de él el ex abogado de la patronal del taxi:

“(…) en el arte de no decir la verdad, este empresario es realmente todo un profesional (…)”.

Gabriel Carbajales, Montevideo, 13 de Mayo de 2012.-



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