domingo, 25 de noviembre de 2012

La penúltima batalla de Richard Read

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La penúltima batalla de Richard Read, que se define "radical"

 Apoya a Astori, pero jaquea su política para combatir la inflación

escribe Sergio Israel

A fines de la década de 1970, en plena dictadura, un muchacho llamado Richard Read ingresó como empleado en la administración de Fábricas Nacionales de Cerveza (FNC). Venía de trabajar en un reparto de pan y como bedel en una escuela industrial, donde una de sus tareas era controlar el largo del pelo de los futuros mecánicos.
El domingo 1º de mayo de 1983, junto a Juan Carlos Pereira, Héctor Secco, Andrés Toriani y Juan Pedro Ciganda, se convirtió en uno de los delegados del Plenario Intersindical de Trabajadores (PIT) que leyó la primera proclama legal en diez años durante un acto histórico cuyos términos tuvieron que ser negociados con el jefe de Policía de Montevideo, el coronel Washington Varela.
Cuando Tabaré Vázquez llegó al gobierno en 2005 Read había acumulado ya una larga y exitosa experiencia como dirigente sindical. Había presidido durante casi dos décadas, casi de forma ininterrumpida, la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB), un sindicato con fuerte tradición de lucha y solo había "perdido" un conflicto, en 1987, cuando FNC y luego Coca-Cola y las demás empresas tercerizaron la distribución.
La FOEB logró reponerse de esa derrota y sindicalizó a buena parte de los fleteros tercerizados y también, con más dificultades, a los empleados de los distribuidores del interior del país.
Cuando el Frente Amplio llegó al gobierno, hacía tiempo que Read ya no integraba el Partido para la Victoria del Pueblo (PVP) y militaba en el más integrado al sistema Asamblea Uruguay, pero como el fallecido dirigente bancario Juan José Ramos, aunque del sector moderado, se mostraba como un durísimo negociador.
Los métodos que empleaba el recio dirigente ponían la carne de gallina a otros sindicalistas con muchos años en el ruedo. Por ejemplo, "micrófono en mano insultaba a los gerentes dentro de la misma planta, organizaba volanteadas en la puerta de las escuelas donde iban sus hijos y más que negociar, apretaba, solo le faltaba ponerles un revólver en el pecho", relató un compañero del sindicato.
Durante la administración de Vázquez mantuvo una línea de respaldo al gobierno casi incondicional y cuando se produjeron las elecciones internas entre el líder de su sector, Danilo Astori, y el entonces senador José Mujica, se llegó a pensar que sería director nacional de Trabajo.
Con Mujica presidente, en cambio, Read pasó a una postura menos comprometida con el oficialismo y ya desde los días previos al último congreso del PIT-CNT, defendió posiciones cada vez más duras, que lo separaron de la Corriente Articulación, integrada por los sindicalistas como Fernando Pereira, Milton Castellanos y Fernando Gambera, con buena llegada en la Torre Ejecutiva y hasta en la chacra de Mujica de Rincón del Cerro.
El discurso frontal contra los empresarios, sin embargo, fue una constante. A fines de 2005 dijo a "El País" que éstos eran "una manga de atorrantes" porque "no se cansan de despedir trabajadores".
Poco después declaró a "El Observador" que "a Tabaré Vázquez hay que decirle que sus colegas médicos son tan hijos de puta como el resto de los patrones que no cumplen los acuerdos".
"Yo no he cambiado mi radicalidad. Sigo siendo un radical. Este es un gremio que en estos dos años y medio logró lo que nadie logró, romper los techos salariales, con un 18,5% de recuperación", dijo en agosto de 2007 a "Crónicas".
Sobre FNC se quejó de que los gerentes cambian a menudo y que "los tipos que deciden están en Buenos Aires o en Europa".
Durante la discusión del pasaje a la jornada de seis horas jugó fuerte: "Si no aprueban las seis horas sin rebaja de salario no habrá cerveza durante el verano. Será más que un paro".
También debió escuchar críticas desde filas de los trabajadores. En 2009, el soldador Juan Ruffa lo denunció en CX 36 por no cumplir las leyes laborales en una empresa familiar de cartelería. El diario "La Juventud" tituló entonces "Un capitalista disfrazado de sindicalista."
Al mismo tiempo comenzó a recibir críticas por favorecer a FNC en la competencia con Coca-Cola, mediante el subsidio de Pepsi pero, aunque los directivos de la multinacional estadounidense se quejaron de "abuso de posición dominante" por las promociones, el tema nunca llegó a la Justicia.
Otros dardos lanzados contra Read ocurrieron cuando logró, a espaldas del Ministerio de Trabajo y apadrinado por el ministro de Economía, Fernando Lorenzo, que integra como él, el Frente Líber Seregni (FLS), un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para formación sindical por 667.000 dólares

El método Read de negociación
 Tres empresas controlan la mayor parte del mercado de los refrescos, las aguas y las cervezas en Uruguay.
FNC, adquirida por International AV InBev, tiene el monopolio de la cerveza, Coca-Cola controla el 64% del mercado de los refrescos, mientras el resto lo ocupan la línea Pepsi, que pertenece a FNC, Nix y otras marcas. Danone Salus, por su parte, tiene el control del 80% del mercado de las aguas, mientras que el resto lo comparten Nativa, Sirte y otras compañías nacionales.
Fuentes del sector dijeron que "el control total" que tiene Read sobre el sindicato llevó a que en los últimos cinco meses no se realizara una verdadera negociación sino una discusión entre el presidente de FOEB y la cámara empresarial, que preside Ruben Ordoqui
"No hay mucho margen para la negociación, era un 10% o nada", explicaron los informantes, quienes agregaron que una licencia por enfermedad y un viaje de Read demoraron la firma del convenio bipartita al punto que hizo peligrar la zafra de verano.
Ante esta situación, los empresarios enviaron fuertes señales al Ministerio de Economía, que sin embargo, no intervino para buscar un acuerdo que no pusiera en riesgo la política antiinflacionaria del gobierno.
Como viene ocurriendo desde hace años, las partes firmaron, finalmente el miércoles 14, un convenio que, como otras veces, superó las previsiones inflacionarias del Banco Central.
Esta vez, sin embargo, las partes fueron a registrar el acuerdo en el Ministerio de Trabajo y se encontraron que, en guerra con la inflación por orden de Economía, el Poder Ejecutivo no estaba dispuesto a homologar con su firma el 10,16% de recuperación en tres años y, sobre todo, 7% de ajuste a la inflación, cuando los lineamientos bancocentralistas eran de 5%.
Los dos puntos de diferencia y las posibles consecuencias provocaron que el lunes 19 el presidente se reuniera en la Torre Ejecutiva con los ministros Lorenzo y Eduardo Brenta (Trabajo).
Al día siguiente, durante unas jornadas de Economía, el tercero en jerarquía del Ministerio, Andrés Masoller, dijo que se podían desoír los lineamientos pero el gobierno también podía sacar el subsidio a las bebidas con envase retornable (nacionales) que según cálculos de "El Observador", representa más de 15 millones de dólares al año.
Read, que había sido despedido con fuertes aplausos por sus compañeros después de haber logrado otro acuerdo "histórico", montó en cólera.
Los insultos que antes se había reservado para patrones y gerentes esta vez fueron dirigidos al gobierno.
"Creo que eligieron al sindicato más débil y con la cara de gil más grande. Es lamentable. Nos sentimos que nos clavaron, nos sentimos que nos garronearon. Que lo que ganamos en la cancha con todo el derecho y todas las libertades nos quieren hacer perder en la liga y nosotros le decimos al gobierno que el mismo énfasis que ponen para pegarle al sindicato chico y débil como el nuestro que lo pongan en la negociación del dragado del canal Martín García", fueron algunos de las respuestas a través de la prensa que distribuyó el veterano dirigente.
El martes, luego de un largo informe al secretariado ejecutivo del PIT-CNT, Read dijo que, como estaban las cosas, debía suspenderse el desayuno previsto con el presidente Mujica el 5 de diciembre en la sede de la calle Jackson.
Cuando los organizadores de esta actividad que cerraría el año, le dijeron que una cosa no tenía que ver con la otra, Read subió la apuesta: "Ustedes lo pueden hacer pero yo también les puedo llenar la puerta de camiones".
Minutos después, los coordinadores Fernando Pereira y Marcelo Abdala comenzaron a utilizar el "teléfono rojo" con Presidencia para encontrar una fórmula salvadora.
Edgardo Oyernard, representante del gremio del medicamento y de la corriente, dijo que la decisión del gobierno es "una ofensa contra todo el movimiento sindical y no solo contra la FOEB".
En ese sentido se expresaron, más allá de las diferencias con los métodos empleados por Read, también legisladores del Frente Amplio, entre ellos Jorge Pozzi, un ex trabajador de la bebida que pertenece al propio Frente Líber Seregni (FLS).
Desde el gobierno comenzaron a llover los argumentos defensivos. "Estamos pidiendo la solidaridad de aquellos que tienen ingresos mucho más altos, porque este gobierno ha privilegiado a los trabajadores más sumergidos", dijo a "La Diaria" el subsecretario de Trabajo Nelson Loustaunau.
"Teníamos el objetivo de llegar a los dos dígitos y lo logramos. El convenio ya está firmado. Por menos de eso no firmamos nada. (...) Yo soy de una época en que la izquierda festejaba si los trabajadores ganaban. Se ve que ya está en desuso" dijo Read en radio Uruguay.

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"Actuaron como burros"

El dirigente sindical de la Federación de la Bebida, Richard Read, fue el personaje de la semana. Se enfrentó al gobierno por el aumento que acordó con las empresas y apeló a todo tipo de calificaciones a la hora de defender lo logrado. Se reunió con el presidente Mujica el pasado viernes y afirma que quedó "todo bien". Es duro con el equipo económico pero les recomienda no ser "tan sensibles".




G.T.
-¿Para qué se reunió con el presidente Mujica?
-Lo llamé porque me parecía que había cosas que teníamos que conversar mano a mano. Pregunté si tenía disponibilidad y me dijo que fuera.
-¿De qué hablaron?
-Eso es personal, comentar lo que conversamos no se hace, es de mal gusto y yo no lo voy a hacer. De paso le dejé la plataforma, que es muy interesante ya que trabajadores, empresas y gobierno la pueden votar a favor porque los tres se llevan todo. Pero bueno, ahora el gobierno tendrá que razonar.
-Fue muy duro con el gobierno. ¿Se arrepiente?
-Yo soy independiente del gobierno de turno. Siempre traté de ser así. En el gobierno de (Jorge) Batlle fuimos el único sindicato que salió a la calle y fue al Parlamento a fundamentar a favor de una ley que se proponía y que estaba bárbara. No me importa si el gobierno es blanco, colorado o frenteamplista, si lo que se propone es bueno para los trabajadores yo lo apoyo.
-Pero expresiones como "se la van a comer doblada" resultan muy duras en medio de una negociación.
-¡Qué va a ser duro! Duro es ver niños comiendo de la basura o a gente en los contenedores rascando una bolsa de basura para poder morfar. Eso es duro. Esto es una puteada más, como hay cuarenta mil en el fútbol y en todos lados. ¿Si firmás un convenio con una asamblea con 2.400 trabajadores y te hacen pito catalán a los dos días qué hacés? Eso es duro. Una puteada qué va a ser dura. No hay que ser tan sensible. No hay en Harvard una materia de dirigente sindical y uno es lo que es. Pero es cierto, a veces uno se zarpa.
-¿Lo llamaron del gobierno para bajar los decibeles del conflicto?
-No, qué me van a llamar. Mirá si me agarran de malhumor (risas). Llevo 31 años en el sindicalismo y nos conocemos todos, cada uno sabe cómo camina el otro. Sí me llamaron exdirigentes sindicales que hoy están en el Parlamento, están calientes, indignados, no entienden nada.
-¿En el Pit-Cnt le pidieron que moderara su postura?
-En el Pit-Cnt esas cosas no se cuestionan. Es la gente de tu sindicato la que te mantiene o te saca cuando llega la hora de votar. En el Pit-Cnt están preocupados porque esto que hoy le pasa a la bebida mañana le puede pasar a otros. Hay que ver cómo termina esta película. Si se reconoce el derecho de los trabajadores todo habrá quedado en una intención de marcar la cancha. Si terminamos perjudicados nos vamos a jorobar todos. En el futuro habrá que preguntarse si vale la pena ir a negociar a los Consejos de Salarios. Los Consejos se rigen por una ley y hay que respetarla. La próxima vez, ¿qué hacemos? Antes de ir a negociar hay que pasar por las oficinas del gobierno a preguntar hasta dónde hay que remar. He negociado en la dictadura pero algo así nunca me sucedió.
-¿Con el presidente Mujica quedó todo bien?
-No puede ser de otra manera, siempre respeté a todos los presidentes que son elegidos para gobernar a todos los uruguayos. Le tengo mucho respeto, aunque piense distinto. Estoy de acuerdo con muchas de las cosas que dijo en estos días, la inflación hay que encararla como si fuera una patriada. Negocié con 140 por ciento de inflación anual, pero una cosa es la inflación y otra la plata de los trabajadores.
-¿Comparte los argumentos del gobierno?
-Sí, pero cortaron por el lado más fino. Están asustados y una persona asustada hace cualquier cosa. Está bien que se preocupen, sería horrible que así no fuera, pero una cosa es la preocupación y otra abrir la tranquera y salir atropellando trabajadores. Están equivocados. Hay que atacar la inflación en serio y pasa por otro lado antes de toquetear los salarios. Hay que hacer un gran encuentro con el Pit-Cnt, los empresarios, exportadores, gobierno para discutir la inflación pero en serio, si no vamos a ir a un Uruguay adonde unos se benefician y otros se joden.
-Usted vota al Frente Líber Seregni y en este conflicto fue en contra de los dirigentes más importantes del sector como el vicepresidente Danilo Astori, el ministro de Economía, Fernando Lorenzo y el presidente del Banco Central, Mario Bergara. ¿Lo pone eso a usted en un lugar diferente a la hora de negociar?
-Ellos hacen su trabajo y yo el mío. Después, la historia dirá quién le erró. Estoy convencido que los nombrados son honestos y están haciendo lo que creen que es lo mejor, pero se equivocan, en esto actuaron como unos burros.
-¿Mujica le pidió que baje el nivel de sus reclamos?
-Es incapaz de hacer una sugerencia de este tipo. Fue una reunión de compañeros.
El País Digital  Domingo 25.11.2012

"Gobiernen al país, no al sindicato de la bebida", dijo Read al Ejecutivo



23.11.12
Read entregó propuesta a Mujica 
Con liquidez

El dirigente del sindicato de la bebida Richard Read se reunió este viernes con el presidente José Mujica para entregarle la propuesta para rebajar al 5% el rango de inflación. Read dijo a Montevideo Portal la propuesta que contempla a todas las partes y anunció que la donación de parte de lo obtenido al INAU y el Plan Juntos. El dirigente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB) Richard Read se reunió este viernes con el presidente José Mujica para entregarle en mano su propuesta para bajar a 5% el centro de banda de la inflación acordado en el convenio colectivo del sector.
Según consignó El País, el encuentro entre Read y Mujica se produjo en la tarde de este viernes en la Torre Ejecutiva. Allí, el sindicalista presentó la propuesta que horas antes había sido aprobada por la Mesa Nacional de la FOEB, que aceptaba la propuesta del Poder Ejecutivo.
El propio Read había informado a Montevideo Portal que el sindicato aprobó este viernes una declaración en la que acepta el rango de 5% del centro de banda de la inflación propuesto por el gobierno. De esta forma, la FOEB aceptó bajar dos puntos el rango meta de la inflación que el acuerdo firmado entre las partes había colocado en el 7%.
Según Read, esta propuesta "contempla lo que quieren todas las partes porque el Ejecutivo tiene el rango de inflación que buscaba, las empresas no tienen que poner un peso más y los trabajadores no pierden lo que habían conquistado".
Además, los trabajadores aceptaron la fórmula del Centro de Fabricantes de Bebidas Sin Alcohol, Aguas y Cervezas para otorgar tres partidas extraordinarias para los próximos tres años. Es así que los trabajadores recibirán 8 mil pesos extra en 2012, cifra que subirá a 9 mil en 2013 y a 10 mil en 2014.
El comunicado difundido este viernes por la FOEB anuncia además que la partida correspondiente a este año, la de 8 mil pesos, será donada en su totalidad por los trabajadores. Según explicó Read, cada trabajador donará la mitad de esa partida a la construcción de hogares del INAU y la otra mitad al Plan Juntos, impulsado por Presidencia.
El dirigente explicó que la donación es "una forma de devolverle algo a la sociedad que tanto nos apoyó".

Montevideo Portal

Gobierno dice que será "inflexible" buscando "derrotar" a la inflación Guerra a la inflación. 
La FOEB presentó una fórmula al gobierno: reciben el mismo aumento pero con un 5% de base en lugar de 7% en el alza de precios. Convocan al Consejo de Salarios 






PABLO MELGAR
En medio de un tire y afloje con el sindicato de la bebida, el presidente José Mujica llamó ayer a "derrotar" la inflación y el ministro Fernando Lorenzo a ser "inflexibles" en el objetivo de estabilizar los precios.
En este marco, el líder de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB), Richard Read, le presentó ayer una fórmula en la que aceptan bajar de 7% a 5% la base de inflación para el acuerdo salarial, pero establece una serie de partidas fijas que en los hechos les significaría el mismo aumento.
El gobierno estudia la propuesta, y reclama a las empresas que se comprometan por escrito a no trasladar a precios el aumento salarial.
Mujica, en su audición de ayer en M24, se ocupó del conflicto de la bebida. Allí solicitó a los "sectores de ingresos medios para arriba" que contribuyan a detener los aumentos de precios porque "la batalla principal se llama detener la inflación".
En ese sentido, el presidente señaló que apela "a la conciencia y al compromiso de los trabajadores". Para Mujica, "no es lo mismo la situación del país con una inflación del 5% o un 8% o 9%, porque si se cruza la barrera del 10% nos precipitamos y dejamos un montón de tareas por el camino".
También ayer, el secretario general de la FOEB, Richard Read, fue recibido por Mujica en la Torre Ejecutiva.
"Le llevé la fórmula", dijo el sindicalista a El País y se negó a informar lo que habló con el primer mandatario.
Luego del mediodía la FOEB dio a conocer una fórmula en la que acata el mandato antinflacionario del gobierno y admite que firmará un convenio salarial con una base inflacionaria del 5% en lugar del 7% acordado con las empresas.
En los hechos la FOEB propuso firmar un convenio en el cual el porcentaje salarial afectado por la quita de dos puntos correspondiente a la inflación se transforme en tres partidas fijas anuales: de $ 8.000, $ 9.000 y $ 10.000.
"Dimos un paso al costado, vamos a firmar sobre una base de inflación 5% como quería el gobierno. La masa de dinero que estaba en juego es la misma, no tenemos condicionamientos y no perdemos un centésimo, las patronales no pagan un peso más y el gobierno se lleva lo que quería. Acá todos felices", aseveró Read a El País.
"Para que las patronales no se lleven los dos puntos en renta para el exterior nos bajamos pero con una salvedad: que un 50% de la primera partida sea donada a los hogares para menores de 5 años del INAU y que el otro 50% sea destinado al Plan Juntos que es impulsado por el gobierno y el Pit-Cnt", agregó.
En tanto, el Ministerio de Trabajo (MTSS), la FOEB y los representantes de las empresas del rubro de la bebida negociarán nuevamente el acuerdo salarial el próximo martes, en el marco del Consejo de Salarios.
La propuesta presentada por los trabajadores está en manos de Trabajo, Economía y Mujica.
El lunes, después del Consejo de Ministros, los ministros Eduardo Brenta (Trabajo) y Fernando Lorenzo (Economía) se reunirán para definir la postura que el Poder Ejecutivo llevará a la reunión del martes.
Brenta, consultado ayer por El País, prefirió no abrir opinión sobre la última propuesta de los trabajadores. Más allá de los cambios de la fórmula, el gobierno se mantiene firme en dos aspectos que pretende hacerle cumplir a los trabajadores y empresarios: que la expectativa de inflación que se tome en el acuerdo sea la prevista por el Banco Central y que el aumento salarial no se traslade a precios.
El gobierno no negociará un traslado a precios del ajuste y pretende que las empresas se comprometan por escrito a no hacerlo. Fuentes consultadas por El país señalaron que no todas las empresas que giran en el rubro de la bebida apoyan los términos del acuerdo salarial y que algunas no estarían dispuestas a comprometerse a congelar los precios de sus productos por, al menos, un año y medio.
Brenta dijo que el gobierno intervino a tiempo, aventando críticas recibidas desde el Pit-Cnt y la Cámara de Industrias. "Nosotros intervinimos cuando nos llegó el acuerdo, que fue negociado en forma bipartita entre trabajadores y las empresas. Cuando nos llegó actuamos. La Cámara de Industrias no llegó a tiempo, o no sabía que sus asociados estaban llevando adelante este convenio que ahora ellos cuestionan", dijo Brenta a El País.
SEÑALES. En tanto, Lorenzo aseguró ayer en el desayuno de trabajo de la revista Somos Uruguay, que el gobierno será "inflexible" en el objetivo de la estabilización de precios.
"Lo que tiene que quedar claro es lo siguiente: no desconocer que en las actuales circunstancias todos los factores que son capaces de afectar las expectativas y la realidad en materia inflacionaria tienen que ser conjuntamente abordados, todos. Y vaya si factores como los que determinan la determinación de los ingresos salariales de la población son un factor a tener en cuenta", afirmó.
Lorenzo subrayó que en tal sentido "la postura del gobierno es absolutamente inflexible con el objetivo de estabilización, su compromiso es inflexible", repitió.
Mujica, en su audición, reconoció que "en los últimos tiempos no se han hecho creíbles las afirmaciones de rango (inflacionario) del Banco Central" y llamó a "recuperar la confianza en esos anuncios".
"Hemos estado mirando para otro lado, haciéndonos un poco condescendientemente, los distraídos. Estamos en un límite", afirmó. "De todas maneras tenemos confianza, no habrá imposiciones, lo único que hay que derrotar es la inflación y en todo caso los errores que a veces los hombres podemos cometer", apuntó.

El miércoles FOEB define medidas

Sea cual sea el escenario político de la semana próxima, la FOEB tiene resuelto un paro para el próximo miércoles con el propósito de realizar una asamblea general para definir los pasos a seguir. Las plantas del interior se verán afectadas durante 24 horas en tanto que las de Montevideo pararán entre las 6 y las 15.
De la asamblea participarán varios sindicatos, entre ellos la Federación de la Carne (Foica) que comienza la etapa de negociación colectiva a partir de mediados del año próximo.
"En el caso de la bebida nos molestó que no se planteara el tema con tiempo. La carne está dando mucha plata y no se nos puede pedir que no busquemos mejorar los salarios. No nos queremos encontrar con esta situación el año próximo", aseveró a El País el dirigente Luis Muñoz.
El sindicato de la carne negociará los salarios de unos 17.000 trabajadores del sector.
Fuentes de Foica consignaron a El País que no está resuelta la alianza con el sindicato de la construcción (Sunca) y del metal (Untmra) que algunos dirigentes comunistas daban como un hecho.
La Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) se solidarizó con la FOEB y reclamó que se cumpla con el convenio.
"Nos sorprende enormemente y no logramos entender el pronunciamiento de diferentes autoridades ministeriales que intentan asociar las conquistas salariales con la inflación. COFE entiende que se deben respetar las definiciones tomadas en los ámbitos de negociación colectiva, y bajo ningún concepto deben ser modificadas por presiones externas", dice un comunicado de la Confederación.
El País Digital 24.11.2012




El fin de un discurso
Inflación, salarios y gobierno progresista
 Con un proceso inflacionario creciente, la administración frenteamplista no sólo se aleja de la ortodoxia liberal cuando lo combate. También lo hace de viejos postulados de la izquierda, y por primera vez se opone a las conquistas salariales de algunos trabajadores. El pragmatismo juega para ambos lados.
Las relaciones entre el movimiento sindical y el gobierno progresista alcanzaron un punto crítico desde que se conoció la postura contraria del Poder Ejecutivo (pe) al convenio firmado entre la patronal de la bebida y la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (foeb). El acuerdo establece un aumento del 10,16 por ciento del salario real en los tres años de vigencia del mismo, pero además fija un ajuste anual por inflación del 7 por ciento. Este último es el principal problema para el gobierno, porque el porcentaje acordado se aleja del centro de la banda de 5 por ciento (la proyección oficial de la inflación es entre un 4 y un 6 por ciento) establecida en el resto de los convenios concretados. Hasta el presente, todos los acuerdos tienen un ajuste anual referido a la inflación, que siempre ha sido al alza porque los números superan lo fijado oficialmente. Incluso, de acuerdo a los datos del ine, el ipc anualizado entre octubre del pasado año y el presente es de 9,1 por ciento.
Distintos integrantes del equipo económico, entre ellos el asesor de Macroeconomía del mef Andrés Masoller, en la presentación desarrollada en las Jornadas de Economía del bcu señalaron que la principal preocupación del gobierno es la inflación. Y que si bien el salario no es el único impulsor ni el más importante del proceso inflacionario, debería moderarse su aumento, previendo escenarios más complejos.
Por su parte, el ministro de Trabajo, Eduardo Brenta, aseguró a Brecha que en el litigio por el convenio de la foeb no está en juego una política que permitió una recuperación del 40 por ciento del salario real durante las dos administraciones frenteamplistas, sino que “frente a un cierto enlentecimiento de la economía, el gobierno debe actuar para evitar que trabajadores y jubilados no vean afectados sus ingresos por la inflación”. Agregando luego que los incrementos salariales deben ligarse con el aumento de la productividad, cosa que, sostuvo, no ocurre con el sector de la bebida.
Este sector de la economía ocupa a unos 5.500 operarios y su participación en la masa salarial general no es relevante. Más cuando las empresas del ramo se comprometieron públicamente a no trasladar los nuevos costos salariales al precio de sus productos.
Sin embargo la preocupación gubernamental es que el ejemplo cunda y los próximos convenios lleguen con el mismo nivel de exigencia.
Recurrir al salario como una variable de contención de la inflación aparece en el escenario de la política económica del gobierno ante la aparente ineficacia de las medidas antinflacionarias tomadas. En esa dirección, la suba de la tasa de referencia del bcu (una solución monetarista) no alcanzó para frenar el proceso y además tiene como contrapartida la devaluación del dólar. Tampoco hay todavía registro de si los acuerdos con los supermercados para congelar y rebajar algunos precios han incidido de alguna manera sobre el brote inflacionario.
Pero la presión no sólo fue sobre la foeb, desde el gobierno se dijo que podría eliminarse una devolución del Imesi de 3,2 pesos por litro que reciben los fabricantes de cerveza. El dirigente de foeb Richard Read recordó a Brecha que “cuando los blancos plantean la ley de forestación, los colorados les piden que pongan un impuesto a las bebidas. Se vota y le agregaron uno doble que funcionaba como arancel externo. Si se traía cerveza de Argentina tenías que pagar el doble de impuesto. Astori lo quita en 2007, pero en la rendición de cuentas se introduce un artículo que dice que la industria nacional, que utiliza mano de obra e insumos nacionales (como envases de vidrio), tendrá un resarcimiento de hasta un 40 por ciento del valor del Imesi. Le devuelven 3,20 pesos, pero si querés importar pagas ocho pesos. No es que con la plata del contribuyente se financie el aumento salarial”.
El integrante del secretariado del pit.cnt Edgardo Oyenart señaló a Brecha que pueden discutirse subsidios o renuncias fiscales, pero advirtió que esa ha sido la lógica utilizada con las inversiones extranjeras o lo que se vive en las zonas francas, y “precisamente esas medidas no han actuado en beneficio de mejores salarios de los trabajadores”.
Al cierre de esta edición se trabajaba en un posible acuerdo con el sindicato de la bebida, sobre la base de que se modificara el ajuste por inflación al 5 por ciento y no al 7. Read dijo a Brecha que a lo que no renunciaba era al 10,16 de recuperación en tres años, y que estaba dispuesto a discutir el porcentaje de ajuste por inflación si ello se sustituía por una partida fija. Esos aspectos surgieron después de la reunión que el miércoles sostuvieron los ministros de Economía y Trabajo con los dos coordinadores del pit-cnt. Estos últimos trasladaron la propuesta del Ejecutivo al gremio de la bebida.
PERRO MORDIDO POR UN HOMBRE. “Soy del tiempo en los que la izquierda disfrutaba cuando los trabajadores ganaban. Yo escuché decir a Astori 150 veces que el salario no produce inflación sino que la provocan otras cosas. Lo que tiene que atacar el gobierno son la renta y las utilidades de las empresas, y el remarque desproporcionado de algunos productos como la carne. Por tanto es mentira que las remuneraciones de los trabajadores puedan ser inflacionarias”, dijo Read a Brecha.
La afirmación del dirigente sindical puso la mira sobre una discusión que impregna el momento, más allá de que pueda haber un desenlace de acuerdo. Históricamente la izquierda enfrentó a la derecha cuando ésta sostenía que los salarios y el gasto público eran los causantes de los procesos inflacionarios.
Oyenart comentó a Brecha que “si aquellos que tienen mejores condiciones y pueden extraer una cuota mayor de la plusvalía, como puede ser el caso de la foeb o el sima, tienen que limitarse porque el componente salarial es determinante en la inflación, estamos en un problema. Entonces hay una gran deshonestidad intelectual en los economistas de izquierda, que a lo largo de la historia insistieron en que el salario no era un componente relevante en el proceso inflacionario”.
Un comunicado del pcu afirma que “las patronales, los economistas neoliberales y la derecha política insisten en señalar que el aumento salarial es un factor inflacionario y reclaman que se moderen o se congelen los salarios y que se corte lo que denominan el ‘gasto social’ (…). Ya lo pidieron en 2009 y el fa rechazó esos planteos, mantuvo la negociación colectiva, la recuperación salarial y aumentó la inversión pública y los programas sociales”. Luego agrega: “Si se quiere atacar los empujes inflacionarios, objetivo que compartimos, se debe poner en discusión la tasa de ganancia del capital. En los consejos de salarios se discute qué porción del valor agregado se llevan los empresarios y qué porción los trabajadores. ¿Por qué se debe limitar la de los trabajadores, que es claramente la menor, y mantener en los niveles más altos de la historia la de los empresarios sin tocarla?”.
Por su parte, el diputado socialista Gustavo Bernini subrayó a Brecha: “Hay un tema tabú que no se habla, que parece que ni siquiera hay que analizarlo, y es la cuestión de la rentabilidad de las empresas. Normalmente no se aportan los datos y objetivamente no forman parte del análisis a la hora de concluir una negociación y ver qué impacto pueda tener el aumento salarial que se logre cuando el producto sale al mercado. Para nosotros ese factor debe ser integrado a la discusión. ¿Por qué asumimos con naturalidad que las ganancias de las empresas no tienen que ser afectadas cuando existe una negociación salarial? Creemos que la redistribución del ingreso, que es un objetivo junto con el incremento de la productividad, no tiene mejor instrumento que el incremento de los salarios de los trabajadores, porque también tiene impacto en las jubilaciones y pensiones, por el índice medio de salarios”.
Por su parte, Brenta aseguró que no hay cosa más fácil que aumentar los salarios y complacer a la barra, “pero la coherencia de la izquierda está en la necesidad de sostener el incremento real de los salarios y no desbandarse en actitudes que alimenten el proceso inflacionario. Por otro lado, el gobierno ha ensayado medidas heterodoxas, como la que se acordó con las grandes superficies, interviniendo en la fijación de los precios”.
Desde otros ámbitos del gobierno y del fa se asegura que el momento es crítico y que los salarios también forman parte del proceso inflacionario si los aumentos no están acompasados con el crecimiento económico. En esa dirección, han afirmado que el incremento del pbi no será con los guarismos de años atrás y que Uruguay también recibirá las consecuencias de la crisis internacional. Por ello, comentaron, el manejo de la macroeconomía y la estabilidad en los precios resultan básicos a la hora de resolver mejoras en la situación de la población.



Los aumentos de salarios superan a la inflación en Bolivia








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