jueves, 6 de junio de 2013

Así funciona la criminalización


Y quién dice que no fue una provocación de los servicios de inteligencia, con 300 infiltrados que actuaron organizadamente con la colaboración de FALSIMEDIA ?
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No es la primera vez que los servicios de inteligencia provocan destrozos después de un acto de masas. Lo hicieron ya desde aquel histórico día después del entierro de Liber Arce. A pocas cuadras de donde aún se concentraba miles de personas frente al paraninfo de la Universidad, un grupo de 50 hombres (algunos de traje y corbata y con corte de pelo rapé) arremetían contra las vidrieras de 18 de julio, mientras que otros merodeantes de la noche uruguaya aprovechaban para desvalijar las vidrieras. Ya desde entonces cada vez que hay algo en la política uruguaya, como por ejemplo la concentración que se hizo en la plaza Libertad en repudio cuando la SCJ declaró la inconstitucionalidad de dos artículos que interpretaban la Ley de Caduciadad.



Entonces se corrió el riesgo de que provocadores de inteligencia sabotearan la multitudinaria y pacífica concentración que hubo en la Plaza Cagancha en repudio los dinosauros de la SCJ.
Y ahora el muro de la SCJ está cayendo acorralado no solamente por la opinión publica uruguaya sino a nivel internacional, con "recomendaciones" de la ONU, organizaciones de derechos humanos y hasta pronunciamientos en un coloquio realizado en París donde las mas prestigiosas figuras pusieron en entredicho la posición de la SCJ en cuanto a delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura por bandas criminales militares y policiales.

Las mismas bandas policiales de inteligencia formulan hoy la acusación de que "grupos radicales de izquierda" provocaron destrozos en los vidrios después de "disturbios" organizados.

Si desde aquí, esta modesta pagina con información alternativa que le da voz a sectores de DDHH uruguayos se dice "asi funciona la criminalización", es porque los causantes de los disturbios no fueron de izquierda, ni radical, ni nada tiene que ver con la protesta que se hizo en la SCJ cuando se transladó a la jueza Mota, lo cual se lo calificó como "asonada", luego citando a los participantes por el Departamento de Operaciones Espaciales de la Policía a un interrogatorio en San José y Yi.

Por último: a quien le sirve esta rotura de vidrios y destrozos?

Esta claro!

Fueron infiltrados de inteligencia, con colaboración de la policía que incitó a la violencia callejera a la masa que estaba en los festejos de Peñarol y organizadamente apedreó la SCJ. Serían los mismos que causaban destrozos y entre ellos se daban el trato de "señor, rompa ese vidrio"

Y esto quién lo va a investigar?

Ello lleva  a pensar que hay "alguien" organizado que le roba de su casa la computadora de Mirtha Guianze, que descuartiza en el Tigre al testigo de enterramientos Ramirez, que deja hospitalizado a golpes al cabo Alegria en Rocha tambien testigo de enterramientos, y que provocan disturbios "falsa bandera "en acontecimientos de masa. 

Mientras la impunidad sigue vigente.

blog El Muerto Información Alternativa



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Eduardo Barrenenche
Fuentes de Inteligencia Policial dijeron a El País que grupos radicales -integrados por unas 300 personas- se prepararon para atacar la sede de la Suprema Corte de Justicia -situada a pocos metros de la Plaza Libertad- mientras se desarrollaban los festejos de los parciales mirasoles. Agregaron que estos grupos están vinculados a la ocupación de la Suprema Corte de Justicia realizada el 15 de febrero para protestar por el traslado de la jueza Mariana Motta.
Investigadores policiales señalaron que, además de miembros escindidos del MPP y Partido Comunista, en el intento de invadir la sede de la Suprema Corte había integrantes de Plenaria Memoria y Justicia y Asamblea Popular, grupos que "no dudan en utilizar la violencia" en sus protestas. Además de estar organizados, resultó obvio que la sede de la Corte "fue su objetivo principal", agregaron los informantes.
El jefe de Policía de Montevideo, inspector principal (r) Mario Layera, dijo a El País que los investigadores estudian las filmaciones de las cámaras instaladas en 18 de Julio a cargo del Comando Unificado del Ministerio del Interior y las dispuestas por la Jefatura.
"La medida se hace para identificar al grupo de 280 personas que para nosotros actuó organizadamente y provocó daños y destrozos" en el centro, dijo Layera.
Consultado sobre la razón que lleva a la Policía a deducir que el grupo de vándalos que atacó la sede a la Suprema Corte actuó organizadamente, Layera respondió: "los festejos estaban transcurriendo en forma normal y sin ningún tipo de provocación comenzaron a suceder hechos de violencia".
Agregó que, luego de atacar la sede judicial, "esos individuos también se dispersaron en forma organizada".
Un comunicado de prensa emitido ayer por la Jefatura de Montevideo y firmado por Layera señala que "supuestos hinchas" pretendieron "atacar" las instalaciones de la Suprema Corte de Justicia.
En el programa Poder Pensar del canal 20 (TCC), el director nacional de Policía, inspector principal (r) Julio Guarteche, dijo ayer que grupos radicales intentaron ocupar la sede de la Corte. "Ya lo han hecho en otras oportunidades contra la propias instalaciones del Ministerio del Interior, hay grupos radicales que tienen esa capacidad", señaló.
Según Guarteche, los manifestantes "no tienen nada que ver con el fútbol. Demostraron una capacidad de organización desde el primer instante, inclusive ahora (ayer) analizando los hechos, ya había gente reunida desde antes de terminar el partido, pero parecían ser parciales. Después cuando se juntaron los verdaderos parciales, aprovecharon ese conjunto de gente para accionar de esa manera, durante un espacio corto de tiempo".

Pedrea

El Comando de la Jefatura de Policía había ordenado un operativo disuasorio en el entorno de la sede de la Suprema Corte con vallados y 60 policías.
Fuentes policiales dijeron a El País que el volumen de efectivos dispuestos frente a la sede de la Corte representó un 15% (64) de los 430 policías destinados para el operativo en el Centro de Montevideo: 220 agentes de la Jefatura apoyados por 210 efectivos de la Guardia Republicana. Durante cinco minutos, los 64 policías destinados a la protección de la Corte sufrieron una constante pedrea de unos 300 manifestantes, quienes lograron ingresar al edificio de Tribunales y se llevaron dos monitores de computadores. También destrozaron varias ventanas. (Ver nota aparte).
Por la calle San José se acercaron grupos de choque de la Guardia Republicana en apoyo a los policías ubicados frente a la sede del Poder Judicial.
Tras ser repelidos por la Policía, los manifestantes radicales se disolvieron en pequeños grupos que "continuaron los desmanes, daños y agresiones a los largo de la Avenida Libertador", señala el comunicado del jefe de Policía de Montevideo.
Para el Comando de la Jefatura, el número de efectivos dispuesto para el operativo "estaba bien cubierto" porque no contaba con información previa de que un grupo organizado de unas 300 personas generaría disturbios con extrema violencia. Los disturbios concluyeron con un comercio robado en 18 de Julio y Vázquez, 29 locales comerciales dañados, ocho móviles policiales con roturas, y 17 policías de la Jefatura y cinco efectivos de la Guardia Republicana heridos.
En el operativo policial fueron detenidas 89 personas, las cuales fueron liberadas a las pocas horas por el juez Roberto Timbal. "Fue gente que estuvo en los tumultos pero no aparecen individualizados en hechos concretos", explicó el magistrado ayer a El País. "No es que el caso se haya archivado, pero por el momento no hay elementos ni una denuncia concreta contra nadie", agregó.
El juez dijo que "se va a armar un presumario siempre y cuando la Policía aporte elementos concretos, porque si no, no da ni para eso".

Denuncia penal

La Suprema Corte radicó ayer una denuncia ante la Seccional 2ª de Policía por los destrozos provocados al Palacio Piria y al Palacio de los Tribunales en el marco de los desbordes ocurridos en la madrugada de ayer en la celebración de parciales mirasoles.
Una medida similar adoptó el Comando de la Jefatura por los daños a sus móviles. También presentaron denuncias penales propietarios de comercios dañados y policías heridos en los disturbios
El agente Robert Núñez fue uno de los heridos. "A un compañero le estaban pegando con un tacho de la basura en la cabeza. Fui a defenderlo y me pegaron con una botella. Me dieron ocho puntos. Estaba de particular", relató.
Según Núñez, su compañero corre riesgo de perder un ojo por los golpes recibidos. (Producción: Pablo Meléndrez)

Reparar vidrios saldrá US$ 30 mil; la SCJ tendrá portón

La reparación de los vidrios del Palacio de los Tribunales, ubicado en el edificio de la ex-Onda frente a la sede de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), tendrá un costo aproximado a los $ 600 mil más IVA, es decir, más de US$ 30 mil, dijo el director de los Servicios Administrativos del Poder Judicial, Elbio Méndez Areco.
El jerarca informó a El País que el dinero saldrá de las arcas del Poder Judicial, ya que los ventanales no estaban asegurados. La reparación total del edificio demandará entre cuatro y cinco días.
Por otra parte, en el acuerdo de ayer, los ministros de la SCJ decidieron reinstalar un portón en el ingreso al Palacio Piria, sede de la Corporación, que fue retirado hace más de 40 años, debido a los últimos episodios de violencia registrados contra el edificio.
"Desde febrero, cuando ocurrió la ocupación de la Corte, estamos funcionando con la puerta de edificio cerrada en horario de oficina, cuando lo que nosotros queremos es ser una dependencia estatal de puertas abiertas en el horario de oficina", dijo el ministro de la SCJ, Jorge Chediak.
El magistrado indicó a El País que ayer no se profundizó en el análisis del tema, sino que se tomaron las decisio- nes administrativas necesarias para la pronta reparación de los edificios dañados.
Según Chediak, el presidente de la SCJ, Jorge Ruibal Pino, mantuvo un contacto con el director nacional de Policía, Julio Guarteche, quien le dio detalles sobre el operativo de seguridad y reconoció que los efectivos dispuestos en el lugar se vieron "desbordados" por la cantidad y el accionar violento de los manifestantes.

 de Gabriel "Saracho" Carbajales

 
Por ahora, ¡hacer molde, compatriotas!


Al igual que el sagaz ministro del interior y la ex ministra “macanuda” del mismo ramo, soy un desgraciado hincha de Wanderers que seguramente nunca tendrá el pretexto de un buen triunfo futbolero para irme al Centro a intentar copar edificios de algún sub poder del Estado o reventar un par de pobres kioscos de diarios y revistas.

No sé… No es mala la idea de disfrazarme de manya o de bolso y salir a darle a diestra y siniestra a lo que venga, incluido algo uniformado que camine aunque sea un acomodador de cine, un patovica de “pare de sufrir” o un inspector de tránsito.

Además, me está faltando un buen lavarropas aunque carezca de garantía, porque con estos fríos de invierno anticipado da miedo meter las manos en el agua (que, por otra parte, está podrida, y yo trabajo mucho con los dedos).

Es más: atendiendo a la calamitosa situación de mi cuadrito, creo que lo más atinado sería, tal vez, cambiar de camiseta de una vez por todas y ponerme, definitivamente, una de ganador mismo… ¡Qué sé yo!... ir atalonando unas buenas dósis de alguna sustancia bien polenta, unos trolis de buen tinto lija, de ser posible, y quedarme “amartillado” para el próximo evento y sus correspondientes festejos en nuestra principal avenida y adyacencias.

Todavía no sé qué objeto contundente debería proveerme para la próxima ocasión propicia, pero lo más probable es que consulte al respecto a la ex ministra bohemia ahora que se ha puesto bastante radical, por más que ella está más bien especializada en la difícil tarea compañera de romperle algo, directamente, al mismo señor presidente de la república, que no sé de qué cuadro es aunque sí para qué arco patea.

Lo confieso: en realidad, tengo tremenda confusión ideológico-ontológica.

En el fondo, no me gusta mucho la idea de atracar contra el lugar de trabajo de cinco ministros que podrían correr el riesgo de ser despedidos por haberse olvidado de volver a hacer poner el portón que hace 40 años, en plena algarabía democrático-civilista, fuera quitado de la entrada del edificio del Pasaje de los Derechos Humanos como gesto simbólico de compromiso con la paz y la armonía entre los orientales, que nos habíamos olvidado que esa era la sede de la “suprema corte de justicia”.

Capaz que lo mejor sería arremeter lisa y llanamente contra esa estatua rara y larga ubicada a pocos metros del Pasaje de  los DD.HH., que nadie sabe qué tiene allá arriba, entre los dedos, ni qué tiene que ver con la batalla de Cagancha. Tampoco se entiende porqué está ahí, siempre entorpeciendo el tránsito, en el medio de la calle, como provocando a los automovilistas y a los zorros de la IM y de Jefatura.

No sé. Me abruma, en serio, un titubeo angustiante que acentúa mi diabetes y acalora mi sangre de bohemio nacido para perder y para que todo el mundo te diga: “¿Wanderers?... ¿El cuadrito de Bordaberry?”…

Todo es para mí un auténtico drama filosófico: me cambio de camiseta, sí, ta bien, pero cuál me pongo, ¿la del baboso de mi yerno, que me manda smss provocándome cuando el juez nos roba un penal favoreciendo claramente al bolso?. ¿Me pongo la de mi ex consorte manya, que ni siquiera se digna en reconocer que Wanderers es la primera escisión histórica de su cuadrito, el primer gesto de rebeldía del fútbol amateur?...

Lo único que tengo claro es que tanto el actual ministro encargado de la seguridad ciudadana como un par de supuestos subordinados suyos, respaldados fervorosamente por ese “multimedio” latifundista ubicado a la vuelta de la SCJ, son los que han hecho el primer llamado público a la asonada colectiva, organizada, camuflada y garantizada por el despliegue de medio millar de guardianes del orden listos para filmar los hechos implacablemente.

Son las autoridades represivas, como quien dice, las que han estimulado y autorizado, de aquí en más, a romper todo uniformándonos con la camiseta del que salga campeón de algo, para que al otro día puedan salir a los gritos diciéndonos: “¡Fueron los radicales, fueron los radicales!!!”…

Ya digo: toda esta situación genera en mí mucha desorientación ideológica, pues no es poca la gente que ha visto cómo los otros días, luego de lanzar enormes cascotes contra lo que viniera, unos cuantos radicales que estaban todavía en horario de trabajo, se presentaban en jefatura para dar cuenta de cómo habían cumplido con su tarea de avivar los ánimos deportivos de una ultraizquierda que viene perdiendo por goleada desde mucho antes que a la sede de la SCJ le quitaran su portón de entrada.

Creo que lo más prudente, por ahora, será mantenerme fiel a mi divisa bohemia rebelde y buscar la manera de que el compañero Bonomí o la compañera Daysi me asesoren personalmente al respecto, ya que esto es imposible encararlo seriamente sin la orientación doctrinaria de gente más experimentada que uno en este difícil arte de combinar el deporte político con otros deportes menores como el fútbol, el basquetbol o la payana.

En última instancia, me queda el recurso de entrevistarme con el gran Tabaré, que, se sabe, es un mago en el arte vecinal de los festejos quinquenales ciudadanos.

Porque, amigos, tampoco se trata de lanzarse al ataque así nomás, para hacernos de un mísero lavarropas sin garantía o para estar en la primera página de los diarios y la tele, en lo que no dejaría de ser un servicio honorario a los manyas o los bolsos, mis eternos rivales que, por ahora, no merecen mi participación en unos festejos en los que también participan unos tipos que cobran su sueldo por tirar unas piedras por las que yo no veo un mango y por filmar cuidadosamente tumultos callejeros, asonadas, motines, insurrecciones, asaltos al poder, etc., para preparar algún pique televisivo de la próxima campaña electoral.

Por ahora, entonces, procuraré hacer molde y no dejarme tentar por el llamado a la acción hecho por nuestros queridos compañeros Bonomi, Guarteche y Layera con la ayuda solidaria de los camaradas del diario “El País” y “Teledoce”.



Gabriel –Saracho- Carbajales, 7 de junio de 2013.-



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