martes, 1 de abril de 2014

Los "rehenes" de la dictadura

CRÓNICAS DE 30 AÑOS EN PERIODISMO

por Roger Rodriguez


Era abril de 1984 y grave la situación que sufrían nueve presos políticos en situación de rehenes. Las autoridades de los dos partidos políticos tradicionales emitieron declaraciones públicas para reclamar mejoras en sus condiciones de reclusión. El tema era motivo de censura, pero la prensa alternativa, en particular un grupo de semanarios que iban ganando espacios en favor de la libertad de expresión, comenzaron a informar de la existencia de estos presos.
En Convicción, se decidió encarar el tema. El contacto con los familiares de los rehenes lo hizo Guillermo Chifflet y a mi me encomendaron hacer la entrevista. Como en otras notas de esa época, se debía ser cuidadoso en la grabación (la DINARP o la DNII podían pedirla) y, particularmente, en la edición. El periodista tenía que mantenerse aséptico y limitarse a relatar datos, para dejar que los adjetivos y denuncias surgieran de los entrevistados...
"Según se ha declarado por parte de los familiares, los nueve detenidos han sufrido enfermedades similares por su condición carcelaria (Avitaminosis, afecciones en las vías respiratorias, trastornos motores como artrosis y reuma, trastornos en el control de efínteres, trastornos en la visión, adelgazamiento, deshidratación, diarreas, trastornos hepáticos), pero también padecen enfermedades particulares recibiendo, salvo casos extremos, únicamente la atención médica en las propias unidades", escribimos.
Esta primera entrevista a los familiares de los "rehenes", incluyó el testimonio de Alba Sendic (lo suficientemente mayor como para no ser acusada), Ernesto y Adolfo Wasem y Adrian y Leonora Manera (lo suficientemente jóvenes como para no tener antecedentes)."Yo no he tenido nunca acceso a él, por ejemplo para darle un beso...”, nos dijo Adolfo Wasem, el hijo de 15 años.  
"Las celdas por ejemplo, son muy pequeñas miden dos metros por uno y medio generalmente y después hay casos donde se producía una filtración de aguas servidas en la propia celda, otro donde se debía permanecer agachado porque solo había 1.60 metros de altura  o problemas serios de humedad, o el propio aljibe, que es un pozo cerrado (...) en todos los casos siempre han estado con luz artificial, si no se quema la lámpara y por un tiempo hasta que no traemos nosotros una, quedan a oscuras. Actualmente, por ejemplo no tienen salida al baño y tienen que hacer sus necesidades en un balde que teóricamente lo cambian una vez por día, pero a veces hasta cuatro días están sin cambiarlo", narraba Adrian Manera.
El artículo se publicó el 12 de abril y tuvo un fuerte impacto, pero de muy corta duración: dos días más tarde, luego de un operativo represivo en San Javier, el médico Vladimir Roslik fue asesinado por torturas en el cuartel de Fray Bentos.
Los rehenes fueron liberados un año después, el 14 de marzo de 1985, luego de la reinstitucionalización del país, cuando se aprobó la Ley 15.737 que amnistió a los presos políticos y permitió excarcelar a quienes estaban acusados de delitos de sangre.

Roger Rodríguez
 (1° de abril de 2014)
 La primera nota sobre los "rehenes": Convicción, 12 de abril de 1984.

“Hoy buscamos que vuelvan a ser trasladados a Libertad”
HABLAN FAMILIARES DE LOS “REHENES”

El 7 de setiembre de 1973, nueve presos, todos ellos principales cabecillas del Movimiento de Liberación Nacional (MLN) “Tupamaros”. Fueron trasladados del Establecimiento Militar de Reclusión Nº 1 (Penal de Libertad) a unidades militares del interior del país, donde permanecen hasta la fecha en un régimen de extrema incomunicación y aislamiento.
Las informaciones y testimonios brindados por los propios familiares de estos presos indican que también ocho mujeres habían recibido similar trato desde junio de 1973 hasta 1976, cuando fueron reintegradas a Punta de Rieles.
Los nueve presos que se encuentran hoy en la referida situación son: Henry Engler Golovchenko (37 años, nacido en Paysandú, estudiante avanzado de medicina, casado con 3 hijos, detenido en 1972); Eleuterio Fernández Huidobro (44 años, bancario, casado, una hija. Fue uno de los fundadores del MLN, detenido en 1969, se fugó con otros 105 presos del Penal de Punta Carretas en setiembre de 1971. Vuelto a apresar en 1972). Jorge Amílcar Manera Lluberas (55 años, nacido en Salto, casado, tres hijos, Ingeniero, trabajó en UTE, integrante del Partido Socialista desde 1962, fundador del MLN. Fue detenido en 1964, cumplió condena por asalto. Nuevamente apresado en el 69, se fuga de Punta Carretas en 1971 y vuelve a ser detenido en 1972); Julio Marenales Saenz (53 años, casado, un hijo, Escultor y ex profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes, fue Secretario General del sindicato Autónomo de la Construcción, fundador del MLN. Detenido en 1964 y 1968, fugo en el 71 y fue apresado en 1972); José Alberto Mujica Cordado (51 años, feriante, actuó en el Partido nacional y la Unión Popular. En 1964 ingresó al MLN. Detenido dos veces, fugó en 1971 y fue nuevamente capturado en 1972); Mauricio Rosencoff Silbermann (50 años, nacido en Florida, militó en la Juventud Comunista, fue periodista, escritor, dramaturgo, poeta y director de teatro, casado, una hija. En 1969 escribió “La rebelión de los Cañeros”. Había iniciado unos años antes su militancia en el MLN, cuando fue detenido en 1972); Raúl Sendic Antonaccio (58 años, nació en Flores, casad, 5 hijos, Procurador, fue secretario de la Juventud del Partido Socialista y miembro del Comité Ejecutivo, fundador del MLN, detenido en 1970 se fuga de Punta Carretas en 1971 y vuelve a ser arrestado en 1972); Adolfo Wasem Alaniz (38 años, casado, un hijo, estudiante de derecho, fue detenido dos veces en 1971 y 1972); Jorge Zabalza Waksman (40 años, casado, una hija, estudiante de Notariado. Detenido en 1969, fuga en 1971 y es nuevamente apresado en Paysandú en 1972).
De los nueve, sólo Wasem y Manera han recibido sentencia definitiva. Todos ellos han sido condenados a 30 años de penitenciarían 15 de medidas de seguridad. Según sus familiares, Sendic no ha recibido confirmación de pena, negándose a firmarla y solicitando un juicio político.

Alba Sendic (66 años): “Mi hermano tiene 58 años. Fue detenido en 1970 y se fugó del Penal de Punta Carretas en 1971. Lo volvieron a capturar en 1972 y en 1973 lo sacaron del Penal de Libertad y lo vienen trasladando en cuarteles del interior. Cuando lo agarraron la última vez, fue en un enfrentamiento y recibió un balazo que le destrozó la cara. Una bala le entró por la mandíbula derecha y le salió por la izquierda. Le hicieron un injerto y una operación en el maxilar, pero quedó deforme porque en la parte plástica no fue intervenido. A Raúl cuando lo sacaron le toco ir a Durazno y a los demás a otros cuarteles. Allí estaba el aljibe, todos, los nueve pasaron por ahí. No sabemos exactamente cuáles son los cargos actuales de su caso, porque creo que en la segunda detención, le agregaron cargos, incluso el de asesinato, pero no sé bien cuál son, ni el abogado d él, que es francés pudo ver el expediente. Pero él se negó a firmarlo, por eso no tiene sentencia de segunda instancia. Después pasó a Flores y después a Paso de los toros y también por Colonia anduvo, en todos esos lados en condiciones muy duras... Ahora está en Laguna del Sauce y el trato se ha distendido bastante, puede salir al sol y la última vez que lo vi, hace más o menos un mes estaba algo quemado. Claro que no nos dejan tener contacto con él ni a mi, ni a Victoriano, mi otro hermano. Desde que está allí, lo dejan leer incluso han permitido que reciba libros de inglés. En la visita no se nos permite hablar de nada que no sea familiar. El tiene que ser operado de una hernia y tiene el problema de la boca, por lo demás físicamente está más o menos bien y síquicamente está bien. El no puede hablar con nadie, pero al parecer en los propios cuarteles alguien ha hablado con él porque se enteró cuando lo del SI y el No del plebiscito y ahora supo de que liberaron a Massera y a Seregni. La otra forma que tenemos para comunicarnos con él es por carta. El tiene cinco hijos en el exterior y cuando nos vienen cartas de ellos nosotros las llevamos y esas entran. El puede entregarnos dos cartas por visita, de una carilla cada una. Las visitas son de menos de una hora, cada quince días. Ahora desde diciembre cuando cumplió una sanción de dos meses y medio sin recibir familiares, hemos podido verlo o mi hermano o yo todas las quincenas. El trato desde que lo trasladaron a Laguna del Sauce no ha sido tan riguroso como en otros lados. En la última visita se enteró de lo de la ciudadanía honoraria en Río y que el hijo quiere venir a verlo”.

Los denominados “rehenes” -según afirman sus familiares- han rotado por diex unidades militares del interior del país, pertenecientes a las Divisiones del Ejército II, III y IV. Son ellos: Batallón de Infantería Nº 6 (San José), Regimiento de Caballería Nº 2 (Durazno), Grupo de Artillería Nº 2 (Trinidad), Batallón de Infantería Nº 4 (Colonia), Batallón de Ing. de Combate Nº 3 (Paso de los Toros), Batallón de Infantería Nº 10 (Treinta y Tres), Batallón de Infantería Nº 11 (Minas), Batallón de Infantería Nº 12 (Rocha), Reg. de Caballería Nº 7 (Santa Clara de Olimar), Reg. De Caballería Nº 8 (Melo).
El régimen de visitas es de aproximadamente 50 minutos cada quince días, pudiendo sólo sus familiares directos acceder a las mismas. Durante las mismas sólo se autorizan temas familiares, prohibiéndose el contacto físico. También se permite mantener correspondencia quincenal con los familiares directos, a través de cartas de una carilla previamente controladas.
Los nueve presos han permanecido en celdas individuales de mínimas proporciones, sin ventanas ni ventilación, variando las condiciones de las mismas según las unidades militares. Todas tienen sólo luz artificial  carecen de servicios sanitarios y miden aproximadamente 2 metros por uno y medio.
Según se ha declarado por parte de los familiares, los nueve detenidos han sufrido enfermedades similares por su condición carcelaria (Avitaminosis, afecciones en las vías respiratorias, trastornos motores como artrosis y reuma, trastornos en el control de efínteres, trastornos en la visión, adelgazamiento, deshidratación, diarreas, trastornos hepáticos), pero también padecen enfermedades particulares recibiendo, salvo casos extremos, únicamente la atención médica en las propias unidades.
Estos presos no han podido recibir la visita de la Cruz Roja Internacional.

Ernesto Wasem (14 años): “Después que lo detuvieron, la primera vez que se vio a mi hermano, fue en el cuartel de Paso de los Toros, después fue al Penal de Libertad y en setiembre del 73 con los otros ocho lo trasladaron. A él le tocó ir con Manera y Engler y seis meses después que lo llevaron, según me ha dicho mi madre, se intentó suicidar. Eso fue en 1974... Mi hermano ahora está en Durazno, ahí pasó seis meses en el aljibe, ero ahora creo que lo clausuraron. La última vez que lo vi fue hace un mes más o menos...”
Adolfo Wasem (15 años): “Yo también hace un tiempo similar que no lo veo. Pero a mí siempre me han permitido verlo porque soy el hijo. Cuando lo detuvieron tenía cuatro años. De salud está normal con todo... Yo no he tenido nunca acceso a él, por ejemplo para darle un beso...”
Ernesto Wasem: “Salvo en el cuartel de Trinidad que nos dejaban sentarnos en la falda y en paso de los Toros donde me dejaron darle un beso. Pero en Durazno, por ejemplo, me advirtieron que no podía saludarlo con la mano... La última vez que lo vi estaba anímicamente bien, además pudo enterarse de algunas cosas porque lo tuvieron algunos días en el Penal de Libertad, cuando las elecciones argentinas y cuando el Acto del Obelisco. Después lo volvieron a internar...”
Adolfo Wasem: “Lo internaron porque tuvo o tiene cáncer. A él le nació un tumor en la columna, sobre la nuca, por fines del 80. Tenía dolores y lo trataron con antinflamatorios. En marzo del 81 lo trasladaron al Hospital, le hicieron análisis y vieron que era un tumor maligno y se lo extirparon. Después le hicieron tratamiento con bomba de cobalto. Lo mantenían en el cuartel y todos los meses lo llevaban al hospital. Después se le hizo un tratamiento de quimioterapia y lo traían cada dos meses. En setiembre del 82 a marzo del 83 no recibió tratamiento. En abril, él estaba haciendo gimnasia y notó que tenía como un bultito del otro lado y pidió médico; cuando lo terminaron por llevarlo al hospital vieron que era una metástasis y lo volvieron a operar. Se siguió con la quimioterapia, pero se llegó a lo que se llama la “dosis techo” y se tuvo que suspender hasta ahora el tratamiento. Papa tiene 38 años”.

Con fecha 9 de abril el Partido Colorado y el Partido Nacional dieron a conocer sendas declaraciones sobre el caso de estos nueve detenidos en unidades militares del interior.
“El Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado ha recibido fundadas denuncias sobre la situación de nueve presos sujetos a condena por delitos de subversión. Conforme a ello, estos presos no tienen lugar fijo de reclusión, carecen de un régimen normal de visitas y su situación no se compadece con las prácticas tradicionales del país. Ante tal condición e invocando la obligación constitucional de tratamiento humanitario debido a todo detenido, cualquiera sea su pena o delito, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado expresa su viva preocupación al respecto y reclama una rápida revisión de esta situación que incide sobre las posibilidades futuras de pacificación nacional”, declararon los colorados.
El Partido Nacional, por su parte, tras detallar la situación de los referidos presos declara en su resolución: “Su profundo dolor por la situación que motiva esta denuncia que hace pública, y su exigencia de su cese inmediato; debiendo mantenerse a todos los detenidos en lugares públicamente reconocidos y especialmente destinados a la reclusión  en condiciones decorosas de trato, consignándose sus nombres y lugares de detención, en un Registro Central a disposición de familiares e interesados”.

Adrián Manera (27 años): “A mi padre ya lo habían detenido en el 64 y cumplió condena por asalto. Después en el 69 y se fugó en el 71 y lo volvieron a detener en junio del 72. Lo mantienen en cuarteles y va a Libertad hasta que lo sacan con los otros y les dicen a ellos que en caso de resurgimiento del MLN ellos iban a ser pasados por las armas. Esta condición de rehenes se sabe por otros presos a los que oficiales y guardias les comunicaron extraoficialmente la situación. Las condiciones de reclusión para mi padre y los otros han sido muy duras. Las celdas por ejemplo, son muy pequeñas miden dos metros por uno y medio generalmente y después ha casos donde s producía una filtración de aguas servidas en la propia celda, otro donde se debía permanecer agachado porque solo había 1.60 metros de altura  o problemas serios de humedad, o el propio aljibe, que es un pozo cerrado; que había sido usado como saladero y que se usó como celda para estos nueve casos. Creo que desde el 76, ya no es utilizado. Pero en todos los casos siempre han estado con luz artificial, si no se quema la lámpara y por un tiempo hasta que no traemos nosotros una, quedan a oscuras. Actualmente, por ejemplo no tienen salida al baño y tienen que hacer sus necesidades en un balde que teóricamente lo cambian una vez por día, pero a veces hasta cuatro días están sin cambiarlo. También hay una incomunicación total. Ellos no pueden hablar con nadie de la guardia. Hay un servicio especial “S2” que son los únicos a los que se pueden dirigir y el único que puede sacarlo de la celda para un recreo, por ejemplo. Pero en ocasiones los jefes de cuartel hablan con ellos”.
Leonora Manera (24 años): “Uno de los problemas es cuando los trasladan. Se puede pasar meses sin saber exactamente dónde están. No se avisa, generalmente y cuando uno viaja hasta el interior para visitarlo, se le comunica simplemente que ya no está. Ahí empieza una recorrida hasta poder encontrarlo... No, no hay un Comité de Familiares de los Rehenes. Nos juntamos una vez para hacer una carta a Hontou y de vez en cuando cuando hay una invitación a un viaje o algo parecido, como esta nota”.
Adrián Manera: “Ellos mismos en alguna ocasión nos han pedido que tratemos de movernos para mejorar las condiciones en que están. Pero acá todo ha sido hasta ahora muy limitado, porque no había forma de hacer pública la situación. Recién en la Proclama del 1º de abril y declaraciones de los partido tradicionales en estos días se habla del tema...”
Leonora Manera: “Lo que nosotros hoy buscamos es que vuelvan a ser trasladados al Penal de Libertad en iguales condiciones a las de los otros presos políticos. Actualmente no saben qué es lo que les puede pasar al día siguiente, si lo trasladan, si no, no hay una constante y todo depende de cada cuartel y quién lo comanda.”

Roger Rodríguez
(Convicción, Montevideo, 12 de abril de 1984)


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